Al menos 60 nuevos casos de insuficiencia renal aguda o progresiva ingresan al mes en el programa de hemodiálisis, un número alarmante que aumenta cada día, según Manuel Rocha, nefrólogo del hospital Mario Rivas.
Rocha informó que en el hospital están registrados más de mil pacientes que reciben el tratamiento de hemodiálisis, con el que se extraen las toxinas y el exceso de agua de la sangre, normalmente como terapia renal sustitutiva tras la pérdida de la función renal.
“Este es un número alarmante que las autoridades de Salud no han tomado en serio. De repente esto se va a salir de las manos”, aseguró el galeno.
El especialista reiteró que la principal causa de la insuficiencia renal es la diabetes mellitus, además de la mala alimentación, el consumo excesivo de sal y la deshidratación. La mayoría de las personas diagnosticadas con este padecimiento son mayores de 40 años, seguidos por jóvenes y adolescentes.
“Aguantar sed es malo. Las personas que trabajan bajo el sol y no se hidratan con agua luego sufrirán las consecuencias”.
Rocha explicó que el tratamiento es altamente costoso, por lo que el Rivas cubre parte de él, consistente en complejo B, Benofer y Eritropoyetina. De este último se carece más en el hospital, según relatos de los afectados.
Detalló que el Rivas debería gastar cerca de un millón y medio de lempiras por cada paciente en diálisis, pero esto no es posible por la falta de presupuesto. “Este -el presupuesto- se iría en los pacientes de insuficiencia”.
El Mario Rivas le paga de 15 a 20 millones mensuales a la empresa que les hace el tratamiento a los pacientes del hospital. En enero fueron 16 millones, “pero esa cantidad va a ir aumentando porque hay más casos”, dijo el nefrólogo.
Esta semana se celebró el Día Mundial del Riñón y los enfermos de la capital tuvieron que salir a las calles por la falta de apoyo. En San Pedro Sula hubo atenciones en el parque central.
Tratamiento agotador
Luego de constantes dolores de espalda, Luis Alonso Euceda (47) fue trasladado en junio de 2009 al Mario Rivas, donde se le diagnosticó insuficiencia renal.
Para Euceda fue muy difícil saber que tenía la enfermedad, ya que su papá fue el primero en padecerla.
A un año y medio de estar asistiendo a Hemodiálisis de Honduras fue despedido de la empresa de repuestos para la que trabajaba, ya que tres días a la semana por cuatro horas recibe el tratamiento, lo que provocó bajo rendimiento laboral.
“Lo más difícil es ver a mi familia sufrir por mis problemas de salud. Siempre fui un hombre activo. Trabajaba y estudiaba en la universidad y ahora no tengo trabajo”, dijo entre lágrimas Euceda.
Él no cuidaba su salud y consumía mucha sal y refrescos, por lo que ahora les recomienda a las autoridades de Educación que se impartan clases sobre todo tipo de enfermedades y cómo evitarlas, ya que muchas personas desconocen la existencia de la insuficiencia renal y sus causas.
José Interiano, presidente de la Asociación de Enfermos Renales de la zona norte, informó que hace más de una semana las autoridades del Rivas están exigiendo que los enfermos se presenten a reclamar sus medicinas, situación que es rechazada por los pacientes, ya que no pueden movilizarse al centro asistencial por la gravedad de su salud y la falta de recursos económicos.
“Hay pacientes a quienes les faltan las dos extremidades o no pueden ver. No es justo para ellos. La necesidad del medicamento los obliga”.
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